Opinión | EL CHINERO

La boda

Si con la UE desapareció la línea de la Raya, con esta obra de la Diputación de Badajoz ha vuelto a aparecer la frontera

Interior de la carpa instalada para la inauguración de los 3,5 kilómetros de la BA-020.

Interior de la carpa instalada para la inauguración de los 3,5 kilómetros de la BA-020. / A. M. R.

De los 2.600 vehículos que, según los datos oficiales de aforo, entran cada día en Badajoz por la carretera de Campomayor (Portugal), seguro que la mayoría de sus conductores desconoce el nombre de esta vía. Es la BA-020 y, como su nombre indica (BA) es una carretera provincial, que pertenece a la Diputación de Badajoz. De titularidad provincial son 3,5 kilómetros que enlazan la rotonda recién construida para acceder a la Plataforma Logística del Suroeste Ibérico, desdoblada por la Junta hasta la siguiente glorieta. También lo era la continuidad en el entramado urbano, cedida ya al ayuntamiento.

Todos estos conductores habrán comprobado en los últimos meses que se ha reforzado el firme del último tramo de la carretera, hasta la frontera con Portugal. Apenas 3,5 kilómetros de los 19 que separan Badajoz de Campomayor. La obra ha consistido, básicamente, en añadir una capa de 5 centímetros de mezcla bituminosa en caliente y limpiar las cunetas, reponer las señales verticales y volver a pintar las horizontales. La anchura de los dos carriles se ha mantenido tal cual, ni un poquito más de arcenes para seguridad de los ciclistas que recorren esta ruta. Sí se ha modificado el peralte de alguna curva para adaptarla a la normativa. Una obra en 3,5 kilómetros en los que la diputación ha invertido 400.000 euros (el presupuesto que este año maneja en su plan de carreteras y el mantenimiento supera los 17 millones). Bienvenidos sean si es para mejorar el firme de una vía con tanto tráfico. La obra se hizo y se terminó en marzo. Hace más de tres meses. No se había escuchado nada de este proyecto hasta que hace unos días llegó la convocatoria para la inauguración. Más de un invitado tuvo que tirar de Google Maps para saber dónde tenía que acudir. Difícil perderse. A los 3,5 kilómetros exactos de la BA-020, junto a la carretera, habían montado una enorme carpa junto al arcén. Tan grande que hacía dudar de que semejante estructura tuviese que ver con una obra tan pequeña. En el exterior, el logotipo dejaba claro que era una carpa de la diputación. En el interior, medio centenar de sillas forradas, como las de las bodas, y tres mesas redondas de amplio diámetro también cubiertas con faldas y manteles, como en las bodas, con varios cuencos con pan en el centro, que hacían presagiar los ricos platos que los acompañarían. Al fondo, una tarima con banderas, micrófono y carteles de la diputación y del proyecto. Llegaron las autoridades, casi todos del PSOE (salvo el concejal de Vías y Obras, el popular Carlos Urueña). Hasta había sido invitado el vicepresidente de la cámara municipal de Campomayor. Buena gana, porque el refuerzo del firme llega justo hasta la línea milimétrica de la frontera. Si con la UE desapareció la Raya, en este trozo ha vuelto a surgir físicamente, pues con esta obra ha quedado diferenciado perfectamente dónde termina España y dónde empieza Portugal.

Comenzó el acto. Tuvieron que cortar el tráfico en ambos sentidos, con sus correspondientes operarios sosteniendo señales de stop. Una veintena de autoridades y técnicos se colocó en mitad de la carretera, mientras dos trabajadores de la diputación sostenían una cinta, que cortó el presidente, Miguel Ángel Gallardo. Como en una boda, procedió a repartir pedacitos entre los invitados a modo de recuerdo, como se hace con las corbatas del novio, aunque sin subasta. Siguieron los discursos con aplausos y, a la hora de la cerveza, se sirvió el aperitivo para todos los presentes. Seguro que más de uno sintió un poco de pudor ante semejante despilfarro para inaugurar un tramino de carretera de dos carriles escasos que lleva reabierta más de tres meses. Es una obligación de cada administración mantener lo que es suyo y sobran los aspavientos. Mientras tanto, se retrasa la apertura de la tan necesaria carretera al aeropuerto (el único de la región) y siguen paradas las obras de la futura autovía que unirá Cáceres con Badajoz. No alcanzo a imaginar cómo serán las cintas cuando se inauguren y cómo serán las carpas.