Entrevista | Benito Román Presidente autonómico de CSIF Extremadura

«Extremadura necesita ser más reivindicativa y decir ‘basta ya’»

El líder sindical (San Sebastián, 1974) desde hace 12 años opta a la reelección el 14 de mayo en el congreso regional que la organización celebrará en Mérida. Sus afiliados han crecido más de un 20% desde 2019 y quieren que su voz, «diferente a los sindicatos de clase», suene más fuerte en la región 

Presidente regional de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), Benito Román

Jorge Valiente

Llegó al sindicalismo sin pensar. Es hijo de emigrantes de Torreorgaz que se marcharon primero a Alemania y luego al País Vasco, pero con los años volvieron al pueblo para montar una tienda de alimentación. El fútbol era su pasión y por eso se decantó por estudiar Magisterio en Educación Física cuando llegó la hora de ir a la universidad. Hacía poco tiempo que había logrado su plaza por oposición cuando le llegó la propuesta de un compañero. Entonces estaba ejerciendo en un colegio de Valencia de Alcántara y alguien se fijó en él, en sus cualidades, le ofreció la opción de integrarse en el sindicato CSIF Extremadura y ahí empezó una carrera ascendente dentro de la organización. Se liberó en 2002 y se dedicó al sector de la Educación hasta que en 2012 sus compañeros le hicieron presidente del sindicato que quiere seguir liderando, al menos, cuatro años más. Es el único candidato, pero la decisión se tomará el próximo 14 de mayo en el congreso autonómico que la organización celebra en Mérida y en el que sus 181 compromisarios elegirán también el nuevo comité ejecutivo. 

¿Por qué se presenta a la reelección por cuarta vez?

Porque seguimos con las mismas ilusiones y ganas de continuar con un proyecto que, además de consolidarse, está siendo una alternativa diferente a lo que son los sindicatos de clase y corporativos y lo estamos viendo en los resultados históricos de nuestra organización en la última legislatura.

¿Cómo son esos resultados?

Nunca habíamos conseguido unos resultados así, tanto en afiliación como en representatividad. Desde 2019 la afiliación ha crecido un 20%, pasando de unos 10.200 afiliados a los 12.700 que tenemos en la actualidad. Y en representatividad también es algo histórico: en la Función Pública hemos conseguido pasar del 42,9% que teníamos en 2019 al 46,22% en la actualidad. Estamos a 17,33 puntos de diferencia de la segunda organización sindical. CSIF es el primer sindicato en las tres empresas más relevantes de Extremadura. Además de la Junta, donde tenemos una representatividad del 46,22%, en el sector privado somos la primera organización en la empresa más relevante de la provincia de Badajoz, como es el Grupo Cristian Lay, y también en la de la provincia de Cáceres, en La Casa de las Carcasas. 

¿Qué le queda por conseguir?

El proyecto que iniciamos en 2012 todavía tiene retos por delante. Uno fundamental es que de una vez por todas se incluya a CSIF en los foros de diálogo social. ¿Qué es lo que tenemos que hacer más? El proyecto está vivo, las ilusiones y la ganas las seguimos teniendo y ahora lo que querríamos ver es voluntad política por aquellos que nos están gobernando de incluir otra voz diferente, como es la nuestra, en los foros de diálogo social.

¿A qué foros quiere llegar?

A todos los de diálogo social que la Junta está convocando. CSIF únicamente está en la mesa general de negociación y en ninguna otra fuera de ese ámbito: no estamos en el Consejo Económico y Social, en la mesa del ferrocarril, en los planes de empleo... No estamos donde realmente se necesitan otras voces para sacar a Extremadura del vagón de cola en el que se encuentra. Extremadura tiene que ser reivindicativa y tenemos que decirle al Gobierno de España, gobierne quien gobierne, que basta ya. Nosotros no queremos ser una comunidad de segunda, queremos converger con el resto, pero estamos viendo que las voces no se están levantando porque aquellos que están en esos foros de diálogo social la levantan cuando hay un color político determinado gobernando y cuando está otro se callan.

¿Por qué están fuera con esos buenos resultados que destaca?

Porque ahora mismo hay una ley de libertad sindical del año 85, que puede ser una de las leyes orgánicas que no se ha modificado en todo el periodo constitucional, que blinda a dos organizaciones sindicales muy concretas porque se necesita tener un 10% de representatividad. Pero eso era en el año 85, en la actualidad estamos viendo que eso ha cambiado y el claro ejemplo es CSIF Extremadura. Si sumamos los resultados de ámbito público y privado estamos en un 15,45% de representatividad. Hay que buscar el espacio a las voces de esos miles de trabajadores que quieren otra forma de que se les representen sindicalmente y ahí es donde queremos valentía por parte del gobierno de la Junta, de modificar y cambiar la ley de participación institucional para que sus reivindicaciones y necesidades se lleven a esas mesas de una forma totalmente diferente, no por un color político y sí por las necesidades reales que tiene nuestra comunidad autónoma.

Habla de color político, ¿cuál es el de CSIF? 

De lo que más orgulloso nos sentimos es de nuestra ‘i’ de independencia, tanto política como económica. CSIF no tiene color político, tiene color de profesionalidad, de servicio y de ayudar a la gente. 

¿Qué espera del congreso?

Lo que queremos es consolidar la alternativa a una manera totalmente diferente de hacer sindicalismo a los sindicatos de clase y a los sindicatos corporativos. Queremos ir adaptándonos a los cambios sociales que se están produciendo y lo que no perdemos de vista, por quienes representamos, es mejorar las condiciones laborales de todos y cada uno de los trabajadores, tanto del sector público como del sector privado. El próximo congreso tiene que ser otra inyección de motivación, de alegría, de querer seguir haciendo ese sindicalismo independiente y profesional. El proyecto que iniciamos en 2012 sigue estando tan vivo que las señas de identidad ahora están más reforzadas. Tenemos que hacer ver a los políticos un cambio en el panorama sindical que tiene que ir en la línea de la profesionalidad, del servicio, de qué problema tiene el trabajador y cómo lo solucionamos.

¿Cómo valora la situación de la región en la actualidad?

La región necesita más dinamismo, más reivindicación y decirle al Gobierno de España un basta ya: para que se potencien nuestras infraestructuras, se refuercen nuestras industrias, para que nuestro campo sea un referente... Pero estamos viendo que a día de hoy todo eso desde el mundo sindical está paralizado y es lo que nosotros queremos impulsar. 

¿Cuál será su hoja de ruta durante la próxima legislatura?

La vamos dividir en varias cuestiones. Una las reivindicaciones dentro del ámbito público irá dirigida a la recuperación del poder adquisitivo de los últimos años. Desde que en 2010 Zapatero redujo el salario, la pérdida de poder de los empleados públicos está en torno a un 20%. También seguiremos reivindicando la deuda de 11 meses que se tiene del 2% del 2020 porque los empleados públicos extremeños somos los únicos que no lo hemos cobrado de toda España. Seguiremos reivindicando el aumento del kilometraje por desplazamiento a 0,26 euros el kilómetro como establece la ley nacional y reivindicaremos que de una vez por todas la ley de función pública se reglamente. Es que lleva ocho años guardada en un cajón y hay cuestiones esenciales y básicas para los empleados públicos como son aquellas promociones internas a través de concursos que hay que trabajar en ellas. Tenemos que darle una vuelta a la carrera y desarrollo profesional e implantarla en aquellos sectores que no la tienen, hay que crear el grupo B... Luego, a nivel privado urgen planes de empleo, acabar con ese desempleo tanto estructural como precario que tenemos actualmente, saber formar a nuestros jóvenes y no tan jóvenes para que podamos darles un futuro y fomentar nuestras industrias, nuestro campo...

En los próximos años se espera una jubilación masiva de empleados públicos, ¿le preocupa el relevo? 

Nos preocupa mucho porque el envejecimiento de las plantillas es más que significativo. Aproximadamente el 60% de los empleados públicos tienen 50 años o más. O nos lo tomamos en serio y las administraciones comienzan con ofertas de empleo público que se adapten a esta cuestión o vamos a tener un problema serio. De hecho, ya lo estamos teniendo, estamos teniendo escasez de personal en servicios esenciales de nuestra sociedad, en el ámbito sanitario, educativo, en el Sepe, en los ministerios de Interior o Hacienda... 

¿Se han hecho bien los procesos de estabilización?

 Desde CSIF llevamos años denunciando la alta temporalidad y precariedad en el empleo. Pero por parte del Gobierno de España hay un compromiso con la UE para reducir la temporalidad a un 8% a diciembre de 2024 y una vez que hay normativa y una ley por medio, lo que estamos exigiendo es que haya seguridad jurídica en todos los procedimientos. Que se hagan cuanto antes y nos volvamos a sentar para renegociar de nuevo estas cuestiones para que las administraciones no sigan sufriendo esa temporalidad y sobre todo los compañeros que llevan tantos años en esos puestos de trabajo.

¿Qué le parece las últimas subidas del Salario Mínimo Interprofesional?

Nos hubiese gustado que nos hubiesen preguntado, porque todo lo que se hace unilateralmente, mal. 

¿Los trabajadores siguen confiando en los sindicatos?

Al menos en CSIF estamos viendo que sí confían en nuestra forma de hacer sindicalismo, profesional, de servicio e independiente. Y en eso nos esforzamos y sobre todo en no defraudar. Porque yo soy empleado público y el día de mañana volveré a mi centro de trabajo y lo que me gustaría es que el sindicato solo me hablase de cómo va a mejorar mis condiciones laborales y no de a quién tengo que votar o no políticamente.

¿Qué le parece la reducción de las subvenciones sindicales por parte del gobierno de PP y Vox?

 El tema de subvenciones es algo que no nos preocupa porque CSIF a día de hoy es un sindicato independiente tanto política como económicamente. Las subvenciones que recibimos de las distintas administraciones no llega al 7% de nuestro presupuesto, de tal manera que lo único que decimos es que si hay subvenciones sean proporcionalmente a la representatividad que tiene cada organización sindical o directamente que se supriman y que cada organización con sus afiliados lleve a cabo su actividad.