Farrona continuará 4 años más como Juez de Paz de Monesterio

 José Pedro Farrona Farrona continuará ostentando el cargo de Juez de Paz de Monesterio durante los próximos 4 años. Su nombramiento, junto con el de Juez sustituta, cargo que ostenta Virginia Delgado Pecellín, se ha publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz este miércoles, 24 de abril.

 La propuesta, aprobada por el pleno municipal, ha sido ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, con lo que Farrona, una vez finalizada esta renovación, habrá cumplido 20 años al frente del Juzgado de Paz de Monesterio.

 Ni Licenciado en Derecho, ni experto en leyes, aunque desarrolla un papel fundamental y claro ejemplo de participación activa de la ciudadanía en todo lo que tiene que ver con la administración de justicia. José Pedro Farrona fue nombrado Juez de Paz de Monesterio hace 16 años. “Tomé la decisión tras una propuesta del equipo de gobierno de aquella época”, recuerda. A partir de entonces, ha ido renovando sucesivamente, hasta encadenar casi 2 décadas ostentando este cargo, intentando mediar y resolver asuntos de interés entre los ciudadanos del municipio.

 José Pedro Farrona cumple con creces el perfil de juez. “Me llevo bien con todo el mundo y todos confían en mí”, expresa. Genera confianza e imparcialidad. “Los jueces de paz prestamos servicios en multitud de audiencias reservadas y actos de conciliación”, comenta con satisfacción.

Acuerdos

 Su trabajo consiste en dedicar buena parte del tiempo libre que le deja su profesión, a sus vecinos. A intentar “solucionar conflictos a través de la conciliación”, a través de procesos totalmente gratuitos. José Pedro Farrona se siente especialmente satisfecho con la cantidad de mediaciones resultas: “Más del 85% de actos de conciliación se resuelven en el juzgado sin necesidad de denuncia”.  

 Durante su trayectoria acumula centenares de anécdotas vividas durante tantos años. Lo más gratificante, “anotar el nacimiento de un nuevo vecino o preparar la documentación para una boda”. En el lado opuesto de la balanza, “tener que comunicar un embargo o un desahucio”. En estos casos, “paso diez días malísimos hasta que lo comunico. No es nada fácil tenerle que decir a una persona que se tiene que marchar de su casa”.

 Aún sí, Farrona puede presumir de su función en el día a día de los ciudadanos de Monesterio. “Jamás he tenido un solo conflicto. Al contrario. Siempre me han agradecido mi trabajo. Sobre todo, cuando se trata de tranquilizar a quién recibe algún tipo de comunicación judicial”, comenta.

 José Pedro lamenta la falta de candidatos para cubrir este tipo de puestos. “Me he visto negro para encontrar una sustituta”, relata. La compensación económica es mínima, pero, la satisfacción personal la retribuye con creces. Ser juez de paz es una tarea altruista y muy especial, señala Farrona, dispuesto a seguir repitiendo.