HA QUEDADO VISTO PARA SENTENCIA EN LA AUDIENCIA PROVINCIAL

Juzgan a cuatro varones por vender droga en una vivienda de la Uva en Badajoz

La fiscalía solicita 4 años y medio de prisión y una multa de 10.000 euros para cada uno, mientras que las defensas piden su absolución

La operación policial se inició tras la alerta de la asociación vecinal y avisos de vecinos a través de una app que permite el anonimato

Los cuatro acusados, este viernes, durante el juicio.

Los cuatro acusados, este viernes, durante el juicio. / LA CRÓNICA

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

Visto para sentencia. Así ha quedado este viernes en la Audiencia Provincial de Badajoz el juicio contra cuatro acusados de traficar con droga en una vivienda de la calle Guadiana, en la barriada de la Uva, que también se utilizaba como fumadero.  

La fiscalía solicita para cada uno de los procesados 4 años y medio de prisión, así como una multa de 10.000 euros. Por su parte, las cuatro defensas, en manos, de José Duarte, Alfredo Pereira, Miguel Ángel Trigo y Raúl Montaño, piden la absolución de sus clientes.

Alerta ciudadana

La Policía Nacional los detuvo el 31 de marzo de 2022, después de meses de seguimiento, vigilancias y tras intervenir diferentes cantidades de droga a toxicómanos que entraban y salían del inmueble. La operación se inició tras la alerta de la asociación de vecinos y otros avisos recibidos a través de la app policial que permite mantener el anonimato a los ciudadanos.

Tres de ellos fueron arrestados durante el registro domiciliario y el cuarto, al que se considera el presunto responsable del punto de venta de droga, en otro lugar. 

En su declaración ante el tribunal, este último aseguró no tener nada que ver con el tráfico de estupefacientes en esa vivienda, propiedad de su familia y a la que, según dijo, no iba desde hacía 12 años. Los agentes que participaron en la investigación lo señalan como la persona que se ocupaba de regentarlo -aunque no aparecía en las vigilancias del atestado policial, según su abogado- y a los otros tres, como colaboradores. Sin embargo, estos aseguraron que estaban en ese inmueble solo consumiendo, ya que dos de ellos son toxicómanos y otro consumidor esporádico.

Un búnker

Sin embargo, el fiscal mantiene que en el inmueble no solo se consumía, sino que se vendía droga, con uno de ellos al frente y el resto con distintas funciones de vigilancia, captación de ‘clientes’ y entrega de las sustancias. Uno abrió la puerta a los agentes el día del registro, según los investigadores porque pensó que eran clientes, y los otros dos estaban en una especie de estancia convertida en búnker, a la que para acceder tuvieron que romper el marco de la puerta, porque con el ariete no pudieron.

En este lugar, supuestamente habían tratado de deshacerse de la droga, dinero y balanzas echándolas a un bidón con un líquido corrosivo. También hallaron una libreta y papeles con anotaciones. Uno de los acusados dijo que las suyas eran porque prestaba dinero a la gente "para comprar comida".

Las defensas han pedido la nulidad del registro domiciliario, al entender que el oficio policial que dio lugar al auto de entrada no estaba motivado. El tribunal se pronunciará en sentencia, pero ya adelantó que no lo considera ni inmotivado ni precipitado.