Cultura

Melendi: el buen tipo que consigue juntar en su concierto de Badajoz a padres e hijos

El cantante asturiano vertebró un rotundo show en el que no faltó ninguno de sus temas clásicos

Irene Rangel

Irene Rangel

Tenía rastas y la voz aguardentosa cuando publicó su primer disco, en febrero de 2003. Se llamaba 'Sin noticias de Holanda', estaba producido con medios limitados y consiguió dos discos de platino. Ramón dejó de ser Ramón para convertirse en Melendi, un cantante asturiano que 20 años después sigue sobre los escenarios, llenando estadios y congregando multitudes.

Anoche hizo lo propio en Badajoz. Un cielo gris y a momentos lluvioso amenazaba con estropear una cita histórica para los fans de la ciudad: el concierto celebración de estas dos décadas en la música. Porque '20 años sin noticias' es eso, un ejercicio de nostalgia, de generosidad hacia el público y los músicos que durante tantos años han llevado en volandas al artista. Él lo sabe, por eso no dudó en entregarse a un repertorio hecho a base de letras que están instaladas en la memoria colectiva.

La estampa en el auditorio del recinto ferial era curiosa por lo heterogéneo del público. Entre las miles de personas había varias generaciones distintas, muchos de los más jóvenes no habían nacido cuando el asturiano comenzó su carrera en la música. No importaba, el artista ha ido cosechando fans a medida que sacaba nuevos trabajos y el concierto de anoche era para todos.

Vega Aldea y Aitana Sánchez, en el centro, con sus amigas en las primeras filas.

Vega Aldea y Aitana Sánchez, en el centro, con sus amigas en las primeras filas. / LA CRÓNICA

Aitana Sánchez y Vega Aldea, de 16 años, estaban en las primeras filas. «Mis favoritas son 'Barbie de extrarradio' y 'Lágrimas desordenadas'». Unos metros más atrás estaban Lucía y Rosa Rodríguez, amigas de 45 años que compraron la entrada cuando salieron a la venta. «Seguimos a Melendi desde que empezó, no nos lo podíamos perder. Estoy deseando que cante 'Sé lo que hicisteis el último verano', me recuerda a mi juventud». Esa fue la magia de la noche, todos los públicos de Melendi tuvieron su trozo de pastel. Precisamente la letra de esa última canción ha resultado premonitoria... él sabe lo que hicimos los últimos 20 veranos porque sus canciones han sido banda sonora.

Pancartas con mensajes para el artista.

Pancartas con mensajes para el artista. / Jota Granado

Cuatro desmayos y miles de historias personales

Pasaban casi veinte minutos de las diez de la noche cuando comenzaron a sonar las primeras notas. Miles de voces corearon 'El Parto'. Tras ella, 'Piratas del bar Caribe' y 'Con la luna llena'. Saltos, euforia, sudor. Una ligera brisa que ayudaba a sobrellevar la emoción desbordada.

Melendi salió al escenario 'on fire', con ganas de meterse al respetable en el bolsillo a pesar de que durante toda la noche estuvo llamándoles de usted. El 'set list' incluía temas de todas sus épocas. 'Hablando en plata', 'Mi rumbita pa tus pies', 'Un violinista sobre tu tejado' o 'Lágrimas desordenadas', que cerró la noche. Todo tenía cabida excepto las baladas, porque el artista demostró tener fondo físico para aguantar dos horas de concierto 'non stop', con temazos que hicieron bailar a los presentes toda la noche.

Melendi, anoche en Badajoz.

Melendi, anoche en Badajoz. / Jota Granado

Melendi es un buen tipo. Cercano y amable. Durante toda la noche saludó a los fans que llenaban las primeras filas y vigiló, cual centinela desde las alturas, el estado de salud de su público... tanto es así que paralizó el concierto cuatro veces para que los servicios de emergencias atendieran lipotimias. Ni una nota sonaba mientras esos fans indispuestos eran socorridos por Cruz Roja, con el artista genuinamente preocupado por lo que ocurría en el foso.

La primera fila del concierto.

La primera fila del concierto. / Jota Granado

El cantante se desnudó emocionalmente sobre el escenario. Habló de sus problemas con las drogas, de salud mental, hizo chascarrillos, compartió historias personales y tuvo un recuerdo para el amigo que inspiró la canción 'Billy el pistolero'. Quiso agradecer a los músicos que le acompañan su apoyo durante estas dos décadas. «Cuando nadie confiaba en mí -porque, por lo que sea, decían que cantaba mal-, ellos lo hicieron. Grabaron el primer disco por muy poco dinero. Si hoy estamos aquí, es por ellos». Cuando habló de Robe Iniesta, el recinto enloqueció.

A ritmo de la música de Los Cazafantasmas terminaba el show. Emocionado, fue él quien regaló los últimos aplausos al público, permaneciendo unos minutos sobre el escenario antes de retirarse. Ya no es el tipo de rastas y cintillo, ahora lleva una alianza en el dedo y el pelo corto... pero su esencia es la misma. Vuelve cuando quieras, Melendi. Badajoz te quiere como el mar quiere a un pez que nada dentro.