Radiografía de su paso por Badajoz

Paco Herrera, un pacense de adopción con corazón blanquinegro

Como jugador vivió su última etapa en el Badajoz, donde se retiró; como entrenador celebró el último ascenso a Segunda en el Vivero

Paco Herrera, junto a Luis Rodríguez Ardila en el Nuevo Vivero esta semana haciéndose abonados del Badajoz.

Paco Herrera, junto a Luis Rodríguez Ardila en el Nuevo Vivero esta semana haciéndose abonados del Badajoz. / CD Badajoz

Luis Rollano

El nombre de Paco Herrera es de sobra conocido en toda España -y también en parte del extranjero- por toda aquella persona que haya visto fútbol. Además de pasar por equipos como el Sporting, Las Palmas o de Celta de Vigo, aún resuena en su currículum el ‘milagro de Estambul’ por el Liverpool de Rafa Benítez en 2005, siendo el propio Herrera asistente del técnico madrileño el año que levantaron esa Champions. 

Pero dónde suena de verdad y es querido es en Badajoz. Y es que Paco Herrera se considera pacense de adopción a pesar de ser un barcelonés de padres emigrantes. Llegó a la capital pacense tras su paso por el Levante, donde se marchó tras una enfermedad y tras la insistencia del club blanquinegro por hacerse con sus servicios. Tras aterrizar en El Vivero con 25 años, vistió de blanco y negro hasta 1987, cuando puso punto y final a su trayectoria como jugador en este club.

Pero si el Badajoz supuso el final de su etapa como futbolista, como entrenador fue el equipo que le vio nacer en los banquillos. Tras un breve paso por la cantera, Paco Herrera tuvo que hacerse cargo del equipo para capitanear el inolvidable ascenso a Segunda División de 1992 (el último que ha logrado el club pacense) con un grupo plagado de pacenses y con el sevillano Rafa Pozo como figura goleadora. Fue el inicio de una gran trayectoria como entrenador que le catapultó a equipos de élite y que tuvo como colofón descubrir en el Birmingham, donde trabajó como asistente, al mismísimo Jude Bellingham, una de las figuras más importantes del fútbol actual y uno de los mejores del mundo.

Vuelta a Badajoz

Tras esa última etapa en el fútbol inglés, Paco Herrera se planteó volver a Barcelona, su ciudad natal. No obstante, era en Badajoz dónde habían nacido tres de sus cuatro hijas y era la ciudad en la que sentía que debía vivir a partir de ese momento. Él no duda en definirse como «pacense de adopción y blanquinegro de corazón».