Los Palomos 2024

El legado de un polímata

Fundación Triángiulo ofrece con un guía de Amigos de Badajoz una visita por los lugares donde vivió y la obra que dejó en su ciudad Antonio Juez: tapices, pinturas, jardines y hasta el pendón del Cristo de la Espina

Los participantes en la visita, delante del tapiz de Antonio Juez en el Ayuntamiento de Badajoz.

Los participantes en la visita, delante del tapiz de Antonio Juez en el Ayuntamiento de Badajoz. / JOTA GRANADO

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Pintaba, ilustraba, escribía, interpretaba y hasta bordaba. Fue profesor en la Escuela de Artes y Oficios y en 1948 se convirtió en Jardinero Mayor de Badajoz. El diseño del parque Infantil, Castelar, el entorno de Puerta Pilar, el parque de la Legión y otros espacios verdes de la ciudad es obra suya. Más que polifacético, el historiador Jesús Bartolomé define a Antonio Juez Nieto (Badajoz, 1893-1963) como polímata, que es aquel capaz de alcanzar la excelencia en varias áreas del conocimiento. "Polímata es un grado más, son personas con la capacidad no solo de aprender continuamente, sino de expresarlo y hacerlo bien".

Este sábado, dentro de la programación de gran fiesta de la diversidad, Los Palomos 2024, Fundación Triángulo ha organizado con un guía de Amigos de Badajoz una visita por los lugares en los que vivió y la obra que legó a su ciudad Antonio Juez. Más de 60 personas han acudido a esta cita.

La ruta ha comenzado en la plaza de España, por ser el entorno en el que pasó su infancia, donde jugaba, donde está la escultura del pintor Luis de Morales, que se colocó a propuesta de Antonio Juez, que escribió una biografía novelada de El Divino. La visita ha continuado en el ayuntamiento, en cuya escalinata se conserva un gran tapiz firmado por Juez, dedicado a las armas de Badajoz, cargado de simbología, porque no daba puntada sin hilo, nunca mejor dicho. Era tan culto que resulta complicado desentrañar el significado completo de los detalles de sus obras.

La casa donde nació Antonio Juez, en Vicente Barrantes.

La casa donde nació Antonio Juez, en Vicente Barrantes. / JOTA GRANADO

El grupo se ha dirigido después por las calles San Juan y la Soledad hasta Vicente Barrantes, donde nació, en el número 16. Una placa en la fachada lo recuerda. Bartolomé lamenta que "está bastante abandonada", porque cuesta leerla. La ruta ha seguido en dirección a las Descalzas, que era su cofradía, y donde hizo algunos trabajos para la Virgen de la Amargura, como el estandarte con un bordado y un cuadro de óleo en el centro, y para el Cristo de la Espina, cuyo pendón bordó. Su madre, a la que adoraba, le enseñó.

La ruta ha incluido el parque de Castelar, como representación de todos los jardines de los que es autor. Para terminar en el Museo de Bellas Artes de Badajoz (Muba), que conserva la obra más conocida de Antonio Juez (tiene 25 cuadros). Se han detenido en sus cinco mujeres fatales, en la última adquisición, 'El Pecado', ahora expuesto con motivo de Los Palomos en la sala 00 y el óleo del emperador romano Heliogábalo, que tanta fama le dio.

En el parque de Castelar.

En el parque de Castelar. / JOTA GRANADO

Bartolomé defiende la importancia del legado de Antonio Juez "cada día más reconocido". En sus biografías es redundante que lo describan como "un personaje singular de la vida artística y cultural pacense, homosexual, elegante, sensible y culto". No ocultaba su condición sexual, en su obra se trasluce, pues la plasmó "de muchas formas". En un artículo que publicó hablaba de él y de su pareja sentimental, David María da Silva. "Él quería ser una mujer y así aparece en sus cuadros". Así, en el 'Heliogábalo' pintó a la primera mujer trans, el primer matrimonio entre dos personas del mismo sexo en el siglo III. Bartolomé apunta que un museo de Londres acepta que Heliogábalo era una mujer.

Vivió setenta años que se tradujeron en "setenta historias", de las que aún quedan muchas por contar.

El óleo 'Heliogábalo' de Antonio Juez.

El óleo 'Heliogábalo' de Antonio Juez. / DIPUTACIÓN DE BADAJOZ