¿Hasta cuándo seguiremos con nenúfar mexicano en el río Guadiana?

Los trabajos dirigidos a erradicar el nenúfar mexicano en el río Guadiana a su paso por Badajoz continúan a la espera de la declaración de impacto ambiental precisa para acabar con esta problemática. Así lo ha explicado a preguntas de los medios el delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, tras reunirse este jueves con responsables del Grupo Tragsa. "Se está efectuando esta declaración de impacto ambiental para inmediatamente después realizar las actuaciones oportunas", pues mientras no se disponga de este informe "no se podrán abordar las soluciones" que el propio estudio aporte, ha explicado Quintana. Con ello, se presenta una demora que favorece su propagación en el río y que perdura ya desde hace muchos años.

Quintana, quien ha asegurado que es "un compromiso de la Administración del Estado resolver este problema", ha reconocido que el informe "todavía puede tardar algún tiempo" sin poder indicar "cuánto".

El presidente del Grupo Tragsa, Jesús Casas, ha admitido por su parte que "el nenúfar es muy complicado" pues "enraíza en el suelo", de ahí que la entidad y la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) trabajen además para "diseñar alguna actuación" pero siempre "muy cuidadosos" con el entorno natural del río a su paso por Badajoz.

En cuanto al camalote, ha afirmado que la situación "está controlada" aunque "hay que mantener un seguimiento permanente" para evitar de nuevo su proliferación, para lo que se cuenta actualmente con "entre 20 y 30 profesionales" de esta entidad dedicados a estas tareas.

"Ya no hay camalote macroscópicamente, pero es evidente que la planta no ha desaparecido, por lo cual la tarea actual consiste en una labor fina de retirada del volumen pequeño existente y de control de la situación para evitar una proliferación posterior", ha insistido.

Por otra parte, y en relación a la azolla que ha regresado a las aguas del Tajo, Casas ha manifestado que se trata de una especie "muy explosiva, pero efímera", por lo que "no tiene la tensión permanente del camalote o del nenúfar", todo ello sin olvidar la necesidad de su control.

"La azolla es muy espectacular y se verá desaparecer en unos días o semanas por su propio ciclo vegetativo", aunque sin obviar que "hay que tratar de retirarla", ha incidido.

Jesús Casas ha recordado que Grupo Tragsa trabaja en diversos ámbitos en la comunidad autónoma, donde cuenta con más de un millar de profesionales.