18 años de La Crónica de Badajoz | Guadalupe Sabio Científica

«La ciudad tiene muchos lugares de los que poder estar orgullosa»

Guadalupe Sabio.

Guadalupe Sabio. / Cedida

Jonás Herrera

Jonás Herrera

Guadalupe Sabio (Badajoz, 1977) se graduó en veterinaria por la Universidad de Extremadura. Desde su etapa de estudiante desarrolla su faceta como investigadora. Ha realizado estudios en Dundee, Massachusetts y en Madrid. En 2011 se convirtió en directora de un grupo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares. En noviembre se incorporó como directora al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, donde ahora desarrolla su trabajo.

Es usted científica, profesora y directora del grupo de investigación en el CNIO, ¿cómo prefiere que la presenten?

Como investigadora. Siempre me siento investigadora, los investigadores tenemos que enseñar a las próximas generaciones y otras muchas cosas.

Es de Badajoz y eligió la Uex para estudiar, ¿qué recuerdos tiene de su etapa de estudiante?

Estudié Veterinaria en Cáceres y guardo un recuerdo buenísimo de aquella etapa en la facultad. Recuerdo intentar absorber toda la información que te daban y la sensación de admiración hacia los profesores. Tengo un recuerdo buenísimo de la etapa como estudiante.

¿Cómo fueron sus estudios?

Me encantaba la carrera, estando en segundo me vine a Madrid a hacer prácticas en el zoo, era mi primera idea, pero me di cuenta de que no me gustaba. El segundo mes de verano hice prácticas en una clínica veterinaria y vi que tampoco era mi pasión. Al año siguiente, en tercero, me contactaron desde el departamento de Bioquímica para investigar con ellos y descubrí mi pasión por investigar. Me di cuenta de que el trabajo de investigación no era tan solitario como imaginaba. Todo el tiempo libre que me quedaba sin estudiar lo pasaba en el laboratorio aprendiendo. 

Y finalizó con un resultado excelente...

Sí, casi todas las personas que nos dedicamos a la investigación tenemos que tener unas buenas calificaciones para conseguir las becas. Yo obtuve varios premios por mis resultados académicos. 

Posteriormente realiza su doctorado entre Extremadura y Reino Unido. ¿En qué se centró?

Empecé en Extremadura y también iba a Dundee, donde estaba Ana Cuenda, también de Badajoz, mi directora de tesis. Paco Centeno estaba en Cáceres y era mi codirector. Estudiábamos cuál era la función de unas proteínas de las células que controlan cómo se adaptan las células a factores externos de estrés. 

La Universidad de Massachusetts fue escenario de su posdoctorado.

Me marcho para entender cómo afectaban esas proteínas en la enfermedad. Había un grupo que dirigía Roger Davis y se dedicaba a estudiar la función que tenían las proteínas de estrés en el cáncer. Yo me fui allí pensando en que iba a trabajar en esto, pero cuando llegué en Estados Unidos había una pandemia de obesidad y se intentaba encontrar soluciones para frenarla. Mi jefe me dijo que tenía que estudiar esta nueva línea en el laboratorio. Al inicio fue un shock porque quería trabajar estudiando el cáncer, pero luego lo agradecí, me vino muy bien porque estaba haciendo algo nuevo. Allí estuve durante cinco años. 

Y en 2011 se incorpora al Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, donde ha estado hasta 2023.

Sí, ha sido una experiencia muy buena. Cuando llegué a España estudié cómo la obesidad afecta al cáncer. Ahora en el laboratorio del CNIC hay gente que estudia cardiovascular, obesidad, cáncer… Es un ambiente muy enriquecedor a la hora de trabajar en la obesidad que afecta a cualquier parte de tu cuerpo. 

¿Cuál es su investigación actual en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas?

Empecé en noviembre de 2023, aunque mi trabajo al 100% en laboratorio del CNIO comenzó en marzo y estoy centrada en ver cómo afecta la obesidad en los distintos tipos de cáncer. Hay una población de gente con obesidad: unos que van a tener diabetes, otros un tipo de cáncer, otros enfermedad cardíaca y otros problemas de riñón. Si somos capaces de estratificar y entender cuáles van a desarrollar cada enfermedad, podremos desarrollar un protocolo de diagnóstico precoz, un control posterior para anticiparnos en los tratamientos y poder curarlos. 

¿Es consciente la población de los problemas que genera una mala alimentación?

No, el número de personas que muere a causa de la obesidad es equiparable al número de personas que muere a causa del tabaco. El tabaquismo produce, principalmente, cáncer de pulmón y está muy interiorizado por la sociedad, pero en el caso de la obesidad produce muchas enfermedades y muy variadas. Al final no ven una relación lineal entre obesidad y una enfermedad mortal. Esto provoca que la gente no sea consciente de los problemas. 

¿Cómo alertaría de la obesidad?

Se necesitan más campañas de concienciación, porque cada vez vamos a una alimentación mucho peor, con ultraprocesados. La única manera de mejorar los datos de obesidad es educando. 

¿De cuál de sus estudios se siente más orgullosa?

Hay varios, pero uno de los más bonitos es cuando descubrimos que cuando quitábamos el estrés del tejido adiposo de los ratones éramos capaces de protegerlos para que desarrollaran menos cáncer; y esa vía era la misma que en los tejidos adiposos de los humanos. 

Si mira atrás, ¿qué pensaría la Guadalupe Sabio de 18 años si le contaran su trayectoria actual?

No me lo creería, he tenido en momentos claves mucha suerte. En ciencia hay que trabajar muy duro, pero también hay momentos en los que hay que tener suerte. 

Y hablando de su ciudad, ¿cómo ha evolucionado Badajoz en los últimos 20 años?

Es una ciudad más bonita, ha evolucionado muy bien, se preocupa mucho más por los lugares comunes. Cuando era pequeña no había casi ningún sitio a los que llevar a las visitas, ahora hay muchos sitios de los que estar orgullosa. Llevo a la gente a ver el Casco Antiguo y el río. Badajoz es una ciudad muy agradable para vivir. 

¿Cuál es el corazón de Badajoz?

Por muchos años ha sido la calle Menacho y San Francisco. Son un ‘debe’ para mí. 

¿Un deseo para Badajoz?

El tren. Así podría ir más a menudo, pero no solo es eso. La ciudad podría atraer muchos congresos, por ejemplo. No tener un trasnporte en condiciones nos aísla, es un agravio comparativo con otras ciudades. Es completamente injusto.

EL TEST PACENSE

Lugar preferido de Badajoz: El río Guadiana, ahora mismo pasear por sus parques es precioso.

Si Badajoz fuera un color... Verde.

Dónde desayunar en Badajoz: En la calle Menacho, en una franquicia donde ponen unos croissants muy ricos.

Un sabor que sea característico de la ciudad: El jamón ibérico.

Un olor que le evoque siempre a Badajoz: El olor a tierra mojada que tiene Badajoz me encanta.

Un sonido particular de la ciudad: El sonido de feria de San Juan el 24 de junio.

Un recuerdo imborrable de su infancia en las calles pacenses: Recuerdo la primera vez que me llevaron al Museo Arqueológico, nunca había ido, no imaginaba que tuviéramos aquel espacio tan chulo en la ciudad.